lunes, 29 de marzo de 2010

Un comercial y regreso

No importa cuántas veces detengamos la marcha para reevaluar, meditar o reflexionar sobre distintos aspectos de nuestra vida, lo más importante es volver y cada vez que esto suceda lo hagamos con el propósito de ser mejores.
La vida tal como la conocemos conlleva dolor, un dolor inherente del que no podemos librarnos, lo que sí podemos hacer es añadir a nuestros días un poco más de conciencia que nos permita discernir lo disonante de lo esencial.
El ser humano tropieza continuamente con el producto de sus propios pensamientos y acciones (cosechamos lo que sembramos), muchos de ellos son desagradables, en ocasiones muy dolorosos, esto lejos de desanimarnos debe ser observado como una posibilidad de conseguir una mejor manera de vivir. Incluso en el dolor hay una enseñanza, una posibilidad. Sólo nos queda aceptar, no oponernos a la realidad y tramitar el dolor, ansiedad, frustración, lo que fuere y después de eso (pues es preciso siempre dar espacio y respiros) debemos retomar la marcha. Nunca nos irá mal si lo hacemos con serenidad, amor y confianza.

martes, 16 de marzo de 2010

A mi favor

Metafísica, ley de atracción, el poder de la mente, son algunos de los conceptos que ahora muchos manejan y que con diligencia practican algunos. Dice la ley de atracción, por ejemplo, que somos capaces de conseguir todo aquello que anhelemos tan sólo si lo declaramos, deseándolo fuertemente (unión del pensamiento con la emoción correspondiente).
Yo no dudo del poder de la mente, pero sí reconozco la dificultad para domar a aquel mono saltarín. La mente es la herramienta más poderosa pero también la más ingobernable y aunque no esencialmente, es también perjudicial. Observamos sus efectos nocivos en el día a día, aquellos agobios mentales, culpas, vergüenzas y demás que nos roban la concentración más de una vez al día.
Tenemos la capacidad de conseguir la iluminación y por ende cualquier realidad imaginable. No obstante dominar la mente es una tarea ardua, no para inocentes, inconstantes o dejados. Dominar la mente exige dejar de vivir en la ignorancia y en principio y, lo más importante, vivir en vigilancia constante de la mente (para así detectar pensamientos negativos o derrotistas por ejemplo).
Muchos de los sufrimientos, entre bloqueos, inhibiciones, síntomas cualesquiera obedecen de alguna manera a registros en el cuerpo que se originaron en la mente al juzgar determinada situación siempre en nuestro perjuicio. Así es el ser humano.
La conciencia nos despierta de la ignorancia y de la esclavitud de nuestras pasiones que nos alejan de nuestros propósitos esenciales y que nos atan a patrones o círculos viciosos que parecen nunca acabar.
Para poder hacer uso de estas ideas, como la ley de atracción por ejemplo, que tanto interés ha despertado en los más codiciosos, exige dominio y claridad mental. Al encontrarse con aquello verán que lejos de desear un auto del año o una casa de playa, añadirán al día a día paz en todos los sentidos, con la familia, el trabajo, la pareja pero sobretodo con uno mismo.
La evolución no precisa seres con una cabeza extra o con siete centímetros más de estatura sino seres capaces de manejar la mente provechosamente y capaces de retornar a la nuestra naturaleza. Sin dejar de ser importantes el dinero, el conocimiento y las comodidades, no son estas lo más importante ni forma parte de nuestra esencia, ya que son necesidades creadas por el hombre. Lo esencial es el amor.